Buenas noches Principes y Princesas:
Esta semana pasada estuvimos hablando del «Comer Emocional». Algunos podéis preguntaros: ¿qué es eso del comer emocional? y bueno para eso he venido yo hoy a contároslo.
Resulta que los seres vivos nos regimos mas o menos por las mismas cosas, y en este caso suele tener mucho que ver con el aprendizaje. Desde niño cuando hacemos algo y se nos premia, aunque no sólo sea materialmente, aprendemos que ese «esfuerzo» es recompensado y tratamos de repetirlo, siempre que el coste de la acción no suponga un gran desgaste y entonces nos compense. Y si somos castigados, tratamos de evitar esa conducta.
Pues resulta que en este tema a la comida se le ha dado una especial relevancia. Muchos de esos «premios» desde niños, tienen que ver con la comida, que nos produce una satisfacción pues calma en ocasiones nuestras necesidades biológicas y necesarias (hambre) y en otras aumenta al 100% nuestros sentidos, creandonos una sensación increible de plenitud (apetito, no necesaria)
Es por esto, que en muchas personas en momentos de soledad, tristeza, aburrimiento, enfado e incluso nervios nos da por la comida como vía de escape, para poder irnos a ese «trocito» de nosotros que está disfrutando con cada uno de sus sentidos.
¿Pero y te preguntarás… cuál es el problema? Pues el problema es que la mayor satisfacción psicológica vienen por la física que necesita un chute de azúcar, o una buena carga de grasas para sentir ese subidón. Y claro, eso….pues nos engorda….preguntarle a mi pompis….de eso sabemos él y yo un buen rato!
La cuestión es que esté es un problema mucho más común de lo que pensamos, y aunque la solución no se logra del día a la mañana, si que existen muchas maneras de empezar a atacarla, y yo hoy os voy a decir la que me funciona a mí.
Es cierto, que cada mes, tengo un semana en que me convierto en el Mounstruo de la Cripta, lo reconozco, mis hormonas parecen flotar por todas partes y se me pone un humor que ríete tu de la Esteban….y encima como el mundo se torna gris, horrible, desesperante y vacío….parece que mi única escapatoria es sucumbir a todos los pecados alimentarios sin medida (porque ya sabéis que si fuera con medida, en una dieta saludable todo tiene cabida). Y de eso fui consciente cuando empecé con mis registros de ánimo en mis listas de comidas. Resulta que esos días comía de una manera más desordenada, mas compulsivamente, así que en casa no pueden faltarme esos «caprichitos bajos en grasa que tanto me gustan como los encurtidos, las fresas cortadas, los merengues de sucaflore…
También he observado cosas como que por ejemplo, los lunes estoy tan cansada y termino tan tarde de trabajar que lo que mi cuerpo me pide es una cena ligera, para poder irme a la cama rápido. Y en cambio los miercoles que mi actividad es mucho menos, prefiero que mi cena sea consistente pues el jueves me suele esperar un día muuuuy largo, entonces me preparo unas cenas riquísimas.
Es decir, que os recomiendo que os conozcáis, escribir un diario donde pongais qué, cómo y cuándo comeís, y entonces examinar y ver como os sentís, ¿porqué estáis comiendo es que teneis hambre o es el dichoso apetito que todo lo invade?. Poco a poco seréis capaces de conoceros más y entonces anticiparos a vuestras necesidades. Y a esto lo llamamos PLANIFICACIÓN. Y es uno de los secretos del éxito. (¡¡siiii….ya os iré diciendo el resto!!)
Bueno, después de toda la explicación de la falla, hoy os traigo como regalito una nueva receta que espero que os encante como a mí. La idea vino tras ver como Trotamundos del Blog Food&Cook preparaba esta receta con su quesito auténtico el Rebloncho.
Así que tomándome algunas licencias me dije esto lo tengo yo que customizar y que salga increíble para las que hacemos Propoints, o estamos en plena operación Bikini y a eso que me puse…
Tartiflette al Estilo Coses&Cosetes
4 Porciones -> 8Propoints® 6 Porciones -> 5Propoints®
Tiempo de preparación: 20 min Tiempo de cocción: 30 min Nivel de dificultad: media |
Ingredientes
700 g Patata (con la piel, bien lavadas y cortadas a rodajas de 1/2cm) | |
12 g Aceite de oliva | |
175 ml Nata 5% M.G (yo uso la Puleva) | |
70 g Jamón curado sin grasa, (Pizquitas 80gr=3pp) | |
100 g Queso Camembert 20-30% MG, ( Lidl Linessa) | |
1 pizca Orégano fresco | |
1 pizca Sal | |
1 pizca Pimienta blanca molida | |
250 g Champiñón (Trocitos) | |
450 g Cebolla (Trocitos) | |
100 g Espinacas | |
2 dientes de Ajo | |
50 g Queso Emmental Light (rallado) |
Instrucciones
¿Y vosotr@s cómo calmáis vuestro comer emocional? !!!venga contármelo, quiero vuestros trucos!!!
Que grande lo del Comer Emocional, yo se que mi gran problema está ahí! porque cuando me da la pájara soy como Maria la Jerezana (momento friki) «Arrazo, por donde pazo»
Y la verdad que aunque en ese momento te sientes bien, luego te sientes peor, y además es como que tienes «el mono» bueno bueno…. que la lias parda!!!!!
Puñeteras hormonas!!!
que cierto! y la cuestion es conocerse bien y aprender a tener bajo control esas emociones!!! Si esque la solución está en una misma!! pero cuesta….
Qué descubrimiento tu blog!!! (Qué buena pinta tiene esa receta, y sanita!!!!!)
Pues sí, yo soy comedora emocional profesional. Es tener un día malo y que se prepare la cajera del Mercadona para flipar con una compra de miles y miles de calorías innecesarias.
La verdad es que lo único que me ha servido para disminuir el comer emocional ha sido hacer ejercicio por la noche, porque así cuando volvía a casa no había ganas ni de cocinar ni de comer pesado (y no sé tú, pero por las noches soy imparable si he tenido un día malo)
Gracias por la receta, y me seguiré pasando por aquí! <3
Hola preciosa, un gusto tenerte por aqui!!!! me alegra que te haya gustado! un monton de besitos.